Autora: Eleazar Herrera
Han pasado cuatro días desde la matanza de Atocha, y El Correo español – El pueblo vasco todavía no ha dicho nada sobre los culpables. Salvo las crónicas detalladas y las sintomáticas protestas, no ha vuelto a aparecer ningún tipo de información útil, por pequeña que sea, para tratar de dar un descanso a las familias de las víctimas. El diario centra sus esfuerzos en “amansar a las fieras” para que no surjan más problemas. “Lo último que necesita España”, como bien dijo el periodista Juan Cruz al periódico desde Londres, “es convertirse en un campo de batalla de ideologías internacionales opuestas, como ocurrió en los años treinta”.
Pese a esta actitud serena ante los altercados, es curiosa la forma de justificar la prohibición de convocar manifestaciones desde el editorial. Cito textualmente: “No va a detenerse el proceso democratizador querido por el pueblo español, pero es necesario que, entre todos, allanemos los obstáculos. […] A ello tiende, fundamentalmente, la prohibición de cualquiera nueva manifestación callejera”. El Correo español – El pueblo vasco insiste una y otra vez en la paz y la tranquilidad con la que debe actuar el español, evitando nombrar a las facciones más problemáticas en el editorial, aunque luego den rienda suelta a la acusación desde la Jornada Española: “La izquierda española, concretamente socialistas y comunistas, han de asumir ciertos compromisos para «desmovilizar» la calle, escribió Luis Apostua. “Desde posiciones de la izquierda siguen llegando convocatorias de manifestación que humanamente son lógicas, pero políticamente son un desastre”.
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