Análisis La Vanguardia (3): día 27

Autora: Eider Burgos

El jueves 27 de enero está dedicado a los funerales y a la memoria de los abogados. El ejemplar del día anterior se centraba en explicar los hechos tal y como sucedieron; ahora sólo queda recordar a las víctimas. De nuevo, la muerte de los cinco laboralistas ocupa toda la portada del periódico, que está plagada de documentos gráficos de la jornada anterior: políticos, el decano del Colegio de Abogados, Pedrol Ruis, y dos pliegos de de firmas instalados en Madrid y Barcelona como homenaje a los fallecidos. Las imágenes y un dramático titular («Emocionado adiós a los letrados asesinados») no hacen más que acentuar la sensación unánime de tristeza y repulsa de todo un pueblo por los hechos acaecidos.

La Vanguardia abre la sección de noticias no con el relato de los funerales del día anterior, sino con cómo tiene pensado actuar el Gobierno ante la situación. En un gran titular se destaca que el equipo de Suárez sólo pretende «continuar el camino señalado por el pueblo», que no es otro que el de la democracia. En una serie de subtítulos enumera las medidas que pondrán en marchar para mantener el orden. Entre ellas destaca la prohibición de manifestaciones, «para evitar enfrentamientos». También se extrema el control de las armas, se expulsará a los extranjeros relacionados con organizaciones extremistas y se destinarán cuatro mil millones de pesetas para «las fuerzas del Orden Público». Acompaña la información con una panorámica de la procesión que acompañó a los féretros de los abogados fallecidos. Se destaca en el pie de página que algunos de los presentes saludaron el paso de los coches con el puño en alto.

El titular no destaca la prohibición de las manifestaciones u otras medidas.
Es totalmente inofensivo.

Justo después, un breve editorial del periódico secunda las medidas que ha tomado el Gobierno, «avisos de la prudencia en momentos de confusión», y se apoya en que otros órganos «tan ponderados» como The Times ya han tenido en cuenta alguna de estas opciones -concretamente, la de la expulsión de los extranjeros extremistas-.  Y sigue defendiendo: «sea cual sea el signo político de los inductores, un Estado de derecho debe defender al ciudadano con imparcialidad, con ecuanimidad y con eficacia. Esa es también la promesa del Gobierno y la confianza del país».

En el centro de la sección de noticias nacionales, encontramos a doble página un especial sobre el funeral de los abogados. «Jornada de dolor y civismo», se titula. La primera de ellas se dedica a un relato del suceder de la jornada en torno a los funerales, mostrando continuamente el pesar que sienten los españoles por el trágico suceso. También se recoge una carta escrita por varios artistas e intelectuales -Blas de Otero, Celaya, Buñuel o Buero Vallejo, entre otros- exigiendo al Gobierno acción inmediata antes los sangrientos sucesos de los días anteriores en la capital, y consideran que «sólo el establecimiento de un auténtico Estado democrático, con la promulgación de una amnistía total, la legalización de todos los partidos políticos y la instauración de las libertades políticas y cívicas, puede garantizar la paz, el orden y la convivencia nacional que el país necesita». A pie de página, los funcionarios de distintos cuerpos del Ministerio de Exteriores recuerdan con especial tristeza a uno de los fallecidos, Luis Javier Benavides Orgaz, por ser nieto del teniente general Orgaz, «que tan destacado papel desempeñó en las horas anteriores y posteriores del Movimiento Nacional, a las órdenes del general Franco». En relación con la noticia que abre la sección de noticias nacionales que hace referencia a la extradición de extranjeros relacionados con organizaciones extremistas y a la revisión de las licencias del uso de armas, encontramos en la esquina inferior derecha una pequeña información que nos cuenta cuántos extranjeros se han extraditado y cuántas armas requisado; como si el Estado fuera muy eficiente, cuando se acaba de endurecer las leyes.

Doble página sobre los funerales de los abogados el día anterior

En la segunda hoja de la doble página se recogen todos los paros y suspensiones de actos que se sucedieron por el país el día anterior en como muestra de solidaridad por el asesinato de los abogados. El medio indica que entre millón y medio y dos millones de personas de todos los sectores se unieron a los paros. El periódico recorre toda la península en su información, dejando en evidencia el más que latente malestar del pueblo con los actos de violencia que se fueron sucediendo a lo largo de la semana. También las universidades decretan luto oficial. En la misma página, una carta abierta al director se pregunta si, a la vista de la violencia que recorría las calles en la época, acaso los españoles no servimos para la democracia y sólo respondemos de manera correcta ante un dictador.

En la siguiente página, se cubre la toma de posesión del nuevo gobernador civil de Gipúzcoa. Sin embargo, en lugar de describir la ceremonia, el periódico se centra en las declaraciones del recién investido que rechaza tajantemente el derrame de sangre que ha hecho de la capital la gran protagonista del país.

Una vez más, en la sección internacional, el periódico decide centrarse en cómo el Consejo Europeo ha firmado una resolución en la que condena los recientes actos terroristas, «elogia los pasos de España hacia la democracia» y «las reformas positivas que se han ido introduciendo». De vital importancia “presumir” en estos momentos de la cercanía con Estrasburgo, ya que España estaba intentando adherirse a la Unión Europea.

Por último, durante el día 22 se muestran más testimonios de diferentes sectores en contra de la matanza, estos localizados en Cataluña.